Gracias a la Cadena "Ser Cuenca" por dejarnos también este año un espacio los lunes en su programa "Hoy por Hoy Cuenca" para recomendar libros.
Comenzamos el curso recomendando una de nuestras novelas favoritas de lo que llevamos de 2019:
El último barco, del autor Domingo Villar
Como en sus novelas anteriores, está protagonizada por Leo Caldas:
Comenzamos el curso recomendando una de nuestras novelas favoritas de lo que llevamos de 2019:
El último barco, del autor Domingo Villar
Como en sus novelas anteriores, está protagonizada por Leo Caldas:
Leo Caldas es un inspector de policía que no encaja en el
estereotipo de “tipo duro”. Es más bien un personaje solitario,
algo tímido, un hombre de costumbres, al que le gusta contemplar el
mar, dar paseos por su tierra, Vigo y asistir con frecuencia al mismo
bar a tomar vino blanco y pulpo. Como investigador es concienzudo,
minucioso y no descansa hasta que llega al final de los casos.
En esta novela tiene que investigar una desaparición:
Un prestigioso médico, el Dr. Andrade, denuncia la desaparición de
su hija, Mónica, una profesora de cerámica de 35 años que vive en
Tirán (un pueblecito que está al otro lado de la ría de Vigo).
Parece ser que faltó a una comida familiar el fin de semana y no ha
acudido a trabajar el lunes. Al principio Caldas y su equipo no lo
toman muy en serio puesto que no parece que haya nada extraño, sino
que más bien Mónica se ha podido ausentar por propia iniciativa,
pero el médico insiste y el comisario cede y a su vez presiona a
Caldas para que investigue. Pronto empieza a pensar que realmente ha
pasado algo extraño.
A pesar de ser una novela policíaca no se caracteriza por una
acción trepidante, tiros, sangre…
Es un estilo muy personal, al igual que el protagonista tiene un
ritmo pausado también lo tiene la narración. Avanza describiendo
con mucho detalle los lugares, los personajes, y a pesar de ello no
es hace pesado ni aburrido. Tiene algo magnético que nos identifica
con la historia y nos mantiene pegados a ella.
Hay muchos diálogos, sobre todo interrogatorios y además se detiene
en los gestos, las miradas de cada personaje que interviene (no solo
los principales).
Tiene toques de humor, como el contraste entre el carácter tranquilo
de Caldas con el de su ayudante, Estévez, un aragonés que contrasta
con Caldas porque es más brusco, enseguida se impacienta e incluso
llega a pensar que la forma de hablar de los gallegos, tan imprecisa,
sin dar respuestas claras, es por enfadarle.
Cuando el equipo empieza a investigar se encuentran con una gran
cantidad de personajes muy peculiares:
Camilo, un joven con problemas para comunicarse, que se pasea
constantemente por Tirán, y con un don especial; un vagabundo que
pide dinero a cambio de lecciones de latín, un fotógrafo inglés,
amigo de Mónica, un pescador, los profesores de la escuela, incluso
un locutor de radio que se empeña en dar la noticia entorpeciendo la
investigación….junto a otros muchos secundarios fundamentales,
componen un paisaje humano muy importante para la historia.
También son muy importantes los escenarios, los lugares:
Empezando por la escuela de Artes y Oficios de Vigo, uno de los
escenarios protagonistas, que existe de verdad y que Domingo Villar
quería sacar en su novela porque le parece un sitio muy especial
pero que pasa desapercibido en la ciudad. La orilla de enfrente a
Vigo, la de Tirán, con sus pescadores, mariscadores… el ferry que
hace el recorrido de ida y vuelta, el mar, las calles de Vigo…
Las descripciones son tan minuciosas que nos parece estar pisando por
los mismos sitios por los que van los investigadores, sintiendo lo
que sienten. Los ambientes, los sonidos, los olores de los espacios
por los que se mueven están muy presentes durante la lectura, así
como el clima lluvioso y brumoso de la costa gallega. Es un canto de amor a su tierra que tiene tanto de nostalgia, un aire
melancólico.
Aunque no se pueda desvelar nada de la trama, podríamos resumir
diciendo que es una novela en la que pasan muchas cosas
Es una trama tranquila, pero pasan muchísimas cosas, con capítulos
muy cortos y acción contada de manera que se hace creíble y
adictiva. Caldas y los demás policías van siguiendo varias pistas,
y se van entretejendo en una intriga con suspense hasta el final.
Como buena novela negra, tiene sus dosis de denuncia:
Dejando constancia de la crisis económica en estos días, de los
cambios que ha sufrido la ciudad por culpa de la especulación y el
desprecio a la historia, el papel dudoso de algunos medios que se
mueven por interés, el tráfico de influencias entre determinados
sectores de la sociedad…
Para concluir:
Dice el autor que ha tardado 10 años en escribirla porque quería
estar seguro de que la novela estaba bien escrita, que estaba como él
quería que estuviera. Ha merecido la pena la espera, es un texto
tratado con muchísimo cuidado, escrito de forma artesanal, muy
documentado, con mucho realismo, humor, melancolía, perfectamente
ambientado y emocionante hasta el final.
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