
Los lunes por la mañana, alumnos
de todas las edades (desde Infantil a 6º de Primaria) conquistan el corazón de
la biblioteca (y de la bibliotecaria) con sus risas, su curiosidad y sus ganas
de saber.
Este año, entre todos, se va a
realizar una sorprendente “lluvia de poemas”.
Con una breve introducción se
explica a los niños quienes eran juglares y trovadores, cuál fue la importancia
de su papel como narradores orales de los grandes cantares de gesta y cómo y
cuándo surgen los primeros poemas (de la mano de la lírica popular en la Edad
Media) en los que se cuentan las hazañas de esos valientes
caballeros, reyes y nobles.
También se les explica, de forma
amena y entretenida, la diferencia de forma y de ritmo entre un cuento narrado
en prosa y un poema, se les invita a recitar alguno de los muchos que ellos ya
saben porque los preparan en clase y, cómo no, se juega brevemente con las
adivinanzas y los trabalenguas.
Tras esa introducción, llega el
momento de mostrar el poeta que todos llevamos dentro y, con paciencia e
imaginación, cada niño elabora su pequeña aportación a este bello género
literario con breves composiciones de pocos versos (pareados para el primer
ciclo, tercetos y cuartetos para el segundo y, quizás, quizás, algún soneto
para el tercero).
Una sencilla gota de agua impresa
sobre un papel servirá para que cada alumno escriba, dibuje y decore su poema. Risas
por la rima graciosa, nervios por no encontrar la palabra adecuada y
satisfacción cuando, al final, cada cual vea el resultado del trabajo
realizado: un poema sencillo, pero hecho desde el corazón, la fantasía y la
imaginación que servirá para que cada clase tenga, a finales del mes de abril,
una maravillosa nube cargada de ilusión de la que caerán bellas gotas de agua.
Tantas como alumnos haya en el curso.
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