"Quedaos en la trinchera y luego corred". John Boyne

El 28 de julio de 1941 Alfie Summerfield cumplía cinco años. Ese mismo día estallaba la Primera Guerra Mundial.
Han pasado cuatro años, y Alfie conoce todos los sinsabores de esta guerra interminable: vecinos que desaparecen, la tristeza y el cansancio reflejados en el rostro de su madre...; pero, sobre todo, la angustia, la terrible angustia por no tener noticias de su padre. Al principio, llegaban animadas cartas desde el frente que, con el tiempo, fueron volviéndose inquietantemente sombrías y torturadas. Desde hace un año y medio, ni una sola línea.

Por eso el día que Alfie descubra de una forma absolutamente casual dónde está su padre, decidirá ir a buscarlo, cueste lo que cueste.

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