Nos vemos allá arriba, de Pierre Le Maitre

 Os dejamos aquí nuestra recomendación semanal del día 30 de enero en el programa "Hoy por hoy" de la Cadena Ser Cuenca

Nos vemos allá arriba (2014, Salamandra) Fue el fenómeno editorial del otoño en Francia el año de su publicación (2013), y puso de acuerdo por una vez a la crítica y al público, ya que no solo se convirtió en un fenómeno de ventas sino que se ha recibido por la crítica como todo un acontecimiento.

Habla de un tema tratado anteriormente por la Literatura y el Cine: la vuelta a la vida civil de los soldados una vez finalizada la guerra. Aquellos que se han jugado la vida por defender a su país y se encuentran que no pueden recuperar su vida tal y donde la dejaron (ni su trabajo ni sus relaciones están ahí). Introduce otro tema apasionante: quiénes y cómo hacen negocio de la guerra.

La novela comienza en noviembre de 1918, en una trinchera donde tiene lugar una de las últimas batallas de la I Guerra Mundial entre Francia y Alemania. Es una batalla innecesaria, provocada por Pradell, un oficial ambicioso que necesita apuntarse una victoria antes de que termine todo y de ascender.

Los dos protagonistas Albert y Edouard, que salen heridos de esta batalla –por culpa de Pradell- y quedan unidos de por vida: Edouard salva a Albert, que había quedado enterrado pero lleva la peor parte, al caer un obús que le causa lesiones que le mutilan parte del rostro.

La acción se traslada al año siguiente: estos dos amigos subsisten como pueden, son hombres jóvenes que no recursos para incorporarse al mercado laboral. Albert, que fue contable, un hombre tímido, no ha podido recuperar ni su trabajo ni a su novia. Además debe cuidar a Edouard, con quien se siente en deuda, que es de una familia rica pero que no quiere volver a ver a su padre ni regresar a su casa.

Otra suerte corre para Pradelle, que ve en el tiempo de paz una oportunidad para hacer negocios a costa de los desastres producidos por la guerra. Monta una empresa para desenterrar a los soldados desperdigados por el campo de batalla aprovechando los contactos de su suegro, parlamentario, empelando los sobornos, tráfico de influencias, mano de obra barata, etc...

Llama la atención el tono de la novela: es un relato por tanto muy duro, nos está contando lo peor de la miseria humana y sin embargo Lemaitre introduce también un tono muy lírico, de mucha sensiblidad sobre todo por su manera de describir y tratar a los personajes.

De hecho una de las principales virtudes de la novela es la precisión de las descripciones, la sutileza con la que indaga en la psicología de los personajes, sus reacciones, sus contradicciones.

Introduce también una trama de misterio en la cual los dos amigos se embarcan en una estafa relacionada con los monumentos funerarios que hace que la historia enganche y no pierda interés hasta el final.

La crítica no se dirige solo hacia la guerra ni a los corruptos: tampoco sale bien parado el Estado, ni los dirigentes: en general todos los mecanismos del poder, la burocracia, la política, los bancos... son inoperantes, desde el mismo fin de la guerra, de cómo gestiona la desmovilización, hasta cómo desaparece en la reconstrucción.

Lemaitre ha sabido hablar de los débiles y de las alianzas entre ellos creando una historia muy emotiva en medio de un ambiente totalmente sórdido; una historia de supervivencia, con toques de humor, con acción y con una gran sensibilidad.

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