Érase una vez... un hombre que hizo reír.

¿Qué sería de nosotros sin la risa?... El noble oficio del humorismo pierde para siempre a uno de sus más grandes figuras: el mítico José Luis Coll nos ha dejado; el humorista del bombín, inolvidable compañero de batallas de Luis Sánchez Polack “Tip”, y uno de los máximos genios del humor surrealista, ágil, inteligente, en nuestro país. El pasado 2 de marzo fallecía este humorista, escritor, actor y hombre de radio.
José Luis Coll había nacido el 23 de mayo de 1931 en Cuenca, la ciudad en la que dio sus primeros pasos en el mundo del reporterismo en el diario local “Ofensiva” y poco después en Radio Nacional de España. De la mano de César González Ruano, quien le presentó a Mingote y Álvaro de la Iglesia, en 1955 se trasladaría a Madrid, donde iniciaría sus colaboraciones con la revista de humor “Don José”. En esta época también desarrolló su vocación teatral: hizo una gira por España con la obra de Miguel Mihura “Ninette y un señor de Murcia”, representó “Amor” en el Teatro Marquina de Madrid junto a Amparo Soler Leal, estuvo un año en la compañía oficial del Teatro Español y fue primer actor de la compañía de Celia Gámez.
En 1959, cuando colaboraba en “La Codorniz” y era actor y guionista en Radio Madrid, conoció al que sería su pareja humorística, Luis Sánchez Polack. Coll multiplicó sus trabajos en cine y televisión desde principios de la década de los sesenta (intervino en “El Verdugo” de Berlanga), llegando definitivamente a formar el dúo “Tip y Coll” en 1969. Autores de un humor ágil, ingenioso, surrealista, lleno de juegos de palabras y absurdos y de referencias a la situación política, trabajaron por primera vez juntos en el hotel Aranzazu de Bilbao, y durante casi cuatro lustros sus actuaciones se extendieron al cine y a programas y series de televisión como “Sonría por favor”. Durante la Transición, Tip y Coll se convirtieron en una de las parejas de referencia en el panorama humorístico español, teniendo que llegar a lidiar en ocasiones con la censura y haciendo célebre la frase “la semana que viene hablaremos del gobierno”. En Madrid, la pareja se incorporó a espacios de radio como “Protagonistas”, del periodista Luis del Olmo, y la tertulia de Onda Cero “El estado de la nación”. En televisión dirigió “Este país necesita un repaso”, en el que participaron algunos de sus contertulios como “Tip”, Chumy Chúmez o Antonio Mingote.
La muerte de “Tip” supuso un duro golpe para el conquense; “Tip esta broma no te la perdono”, dijo José Luis Coll, entre sollozos, al enterarse de la muerte de su compañero. Y es que para él, el humor, entendido desde su particular y agudo punto de vista, era la vida misma, el pan de cada día: “La vida es un destino: yo he escrito un árbol, he tenido un libro y he plantado un hijo”, decía.
Su faceta de escritor queda patente en títulos como “Eroticoll”, “Las dedicatorias de Coll” (1979), “El libro de Tip y Coll” y “Tipicoll Spanish”, la farsa “Otelo y el moro de Valencia”,Epitafios” (1982), “El hermano bastardo de Dios” (1984), la novela “¡Firmes!” (Premio Espasa-Humor en 1994), o el “Diccionario Coll del siglo XXI” (2000), entre otros.
Coll siempre tuvo una gran vinculación con su tierra (escribía también para la revista “Castilla-La Mancha”) y sobre todo con Cuenca, la ciudad que le vio nacer, y en la que como dijo en una ocasión “uno es profeta en su tierra”.
Nosotros, mañana seguiremos hablando… de Coll.

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